“Tortas Girofle”, herencia asturiana

*Don Alfredo González del Valle llegó desde Asturias, España en 1908 y fundó su negocio en 1912

Carolina Miranda

Puebla, Pue.- Gerardo Flores ha visto crecer la capital con el paso del tiempo, 14 de mayo cumple un año más de vida y lo festeja con amigos y familiares en la tortería con estirpe asturiana que le heredó su padre.

La historia del sabor detrás de los guisos que aquí se ofrecen surgió cuando Alfredo González del Valle vino a México desde Asturias, España en 1908 y fundó su negocio en 1912.

Gerardo dice que “Tortas Girofle” es más antigua que “La Pasita” y “La Oriental”, los tres negocios que se han convertido en un emblema de la ciudad de Puebla.

Se inspiró en las tapas españolas para hacer sus recetas. Utilizó en su lugar tortas de agua y las llenó de guisos que sólo en este sitio se ofrecen. Familias, parejas y poblanos hambrientos deleitan una torta de picadillo manchego, mole, salpicón, pulpo o pisto, el cual se compone de lomo de puerco, huevo, jitomate y laurel, por mencionar algunos del menú.

El señor Alfredo González se casó con su trabajadora, la tía de Gerardo Flores. La pareja no tuvo hijos, por lo que le heredaron el negocio a su padre. La primera sucursal se ubicó en el Pasaje del Ayuntamiento de Puebla y era una lonchería y cantina, pero con la remoción que realizó el expresidente municipal y radiodifusor Rafael Cañedo Benítez tuvo que adecuar otro lugar para sus clientes.

Así, desde 1994 recibe a sus comensales en el restaurante-bar en la 2 oriente número 15-B en el Centro Histórico. El cambio le benefició, pues pasó de atender a máximo seis clientes hasta dieciséis en el nuevo local.

Los ingredientes son multicolor y abren el apetito hasta del más resistente, escoger es complicado, todos se ven deliciosos y lo están. La sazón es de la cocinera que lo apoya, con ella ya son tres generaciones de la misma familia que han trabajado juntos. Pero no solo el relleno enamora el paladar, también el pan. Son tortas de agua que elabora su panadero de confianza, trabajan juntos desde que llegó al negocio en 1959, cuando tenía diecisiete años.

Detrás de la barra, en las repisas hay botellas de boing de mango, guayaba y uva, refrescos tradicionales y amados por los mexicanos, pero también cuelga un cuadro con billetes de diferente denominación y nación. Por ejemplo, tiene de Inglaterra, de China, de Irán y algunos euros. Son recuerdos que comensales de otros países le obsequiaron.

La parte trasera es un bar, los clientes suelen pedir una cerveza o una copa de whisky o ron para amenizar la plática. Ha sido un restaurante bar desde su fundación lo que le ha permitido forjar amistades entrañables con esta forma de negocio.

Girofle también ha recibido artistas de talla internacional como el actor y productor de cine Orson Welles, cuando estaba rodando “Don Quijote” en Puebla. Recuerda que siempre que estaba en la ciudad, la actriz Susana Alexander pasaba por una torta de ejotes con rajas.  En una ocasión conoció al cantante Arturo Castro, fundador de la agrupación “Los Hermanos Castro”, quien hasta le autografió un disco con canciones inéditas.

Ha sorteado algunos retos para mantener su negocio a flote, entre ellos el costo de la renta. Sin embargo, nunca se imaginó trabajar en otra cosa, pues fue el oficio que le enseñó su padre y que le heredó a su hijo, quien tiene una sucursal ubicada en la calle 17 oriente 2015 en la colonia Azcárate.

Y aunque conserva la estética de una tortería tradicional mexicana, se unió a las apps como Uber Eats, Didi Food y Rappi para llegar a los poblanos que decidan deleitarse con sus alimentos en casa.

Tortas Girofle planea continuar con su legado, mientras tanto ya hay un pequeño rondando las mesas, el nieto de Gerardo Flores. Probablemente sea quien continúe con la herencia del sabor.

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